sábado, 1 de octubre de 2011

FLAVIO AECIO Y ATILA UNA FATAL AMISTAD


En el devenir histórico y  por caprichos de la   historia  surge las figuras de dos indómitos  personajes  de la historia cuyos  hechos se vieron inter cruzados uno  aguerrido y hábil jinete y estratega  militar   que la  historia  reconoce con el nombre  de Atila  y el otro  un soldado  salido de las aguerridas filas del ejército romano pueblo   acostumbrado por tradición  a dar  líderes militares nos referimos a Flavio Aecio   rudo  general romano que derroto   a Atila  en los campos cataláunicos .
Hasta finales del siglo IV, los romanos no tenían conocimiento de los hunos. Los romanos solían tachar de bárbaros a todos aquellos que no sabían escribir, pero sus descripciones a cerca de los hunos iban más allá: decían que eran muy sucios, desprendían un fuerte y desagradable olor, comían carne cruda y "vivían" sobre sus caballos. Bajo esta  figura surge una de las figuras más notables del pueblo  Huno  Atila  quien era  Atila, El padre de Atila murió y sus tíos se hicieron cargo de él y de su hermano mayor Bleda, preparándolos para que fueran grandes guerreros. Atila era el predilecto de su tío Rugas
En esta época, el Imperio Romano estaba dividido en 2, Imperio Romano de Occidente (capital en Roma) e Imperio Romano de Oriente (capital en Constantinopla), que era más poderoso.
Los romanos necesitaban rehenes para sus ejércitos y así poder hacer frente a las invasiones que estaban penetrando en el Imperio, sobre todo de Occidente.
Era signo de simpatía y aceptación en esta época intercambiar rehenes entre los romanos y los bárbaros que irrumpían en la zona. En uno de estos intercambios, Atila fue enviado a Roma.
Por aquel entonces, los hunos ya iban adquiriendo fama de buenos guerreros y los romanos mandaron un espía a la tribu de rehenes hunos para aprender sus tácticas.
Era Flavio Aecio, que en poco tiempo se hizo gran amigo de Atila.
Estaban siempre juntos, hasta que en el 420 Atila volvió a su lugar de origen. En esos años, Atila aprendió el modo de vida romano, pero nunca fue de su agrado. Juró que volvería, pero esta vez para conquistarla.
La progresión de Atila fue muy rápida
Antes de tener 20 años, ya estaba al mando del ejército huno.
Entre los 20 y los 30 años, ya participaba en todas las afrentas.
Con 32 años, fue 2 veces a Italia, pero no a conquistarla, fue a socorrer a su amigo Aecio. Gracias al apoyo de Atila, Aecio consiguió hacerse con el título de caudillo. Los enemigos de Aecio se convirtieron en los enemigos de Atila.
En el 432, ya era la cabeza visible de los hunos, su líder. Los unificó, les dotó de libertad y conformó un ejército muy potente. Los hunos empezaron a ejercer una gran presión en el Imperio Romano.
En el 435 Teodosio, emperador del Imperio Romano de Occidente, firmó un acuerdo con Atila para evitar su enemistad. El rey de los hunos recibía tributos de los 2 Imperios Romanos. La firma de estos acuerdos era una forma de ganar batallas sin violencia y a la vez una deshonra para los romanos.
En el 440, se rompió el acuerdo entre Atila y Teodosio. Los romanos fueron sorprendidos usurpando las tumbas hunas y este hecho fue considerado una pérdida de respeto para Atila. Se libró una cruenta batalla que ganaron los hunos, extendiendo así su influencia y su imperio.
Teodosio era consciente de la superioridad que tenían en este momento los hunos, y quería obtener la paz a toda costa. Por ello, aceptó las altas pretensiones, sobre todo económicas, de Atila.
Entre tanto, Atila participaba en una activa vida social: escuchaba poesía, administraba justicia entre sus ciudadanos...
Se casó con Arika y tuvo 4 hijos. Como hombre supersticioso que era,
adoraba al más pequeño de sus vástagos, Emac, el que según las predicciones, levantaría en imperio huno cuando éste decayera.
Atila compaginaba modestia y poder, no quería comparaciones con Dios, y de hecho lo consideraba como
Ofensa  para  las tradiciones  de los  pueblos de las tierras gélidas que gobernaba  el líder Huno.
En el 444, murió Bleda, hermano de Atila, por lo que éste se convirtió en el único emperador de los hunos.
Encontró la "Espada de Dios" fortuitamente en un prado.
A mediados del siglo V, tras ganar en otra batalla al Imperio Romano de Oriente, se extendió aún más el imperio huno.
Atila, ante la evidencia de su superioridad, comenzó a subir sus pretensiones a los romanos por el simple placer de ver cuando podía "exprimirlos". Se hizo quisquilloso y exigente.
Honoria, hermana del emperador de Occidente Valentiniano III, escribió una carta a Atila pidiéndole ayuda para librarse de su familia, que la tenía encerrada y la consideraba una deshonra por sus deslices amorosos. Ella a cambio le ofrecía casarse.
Atila habló con Valentiniano III pero éste no quería cederle a su hermana.
Atila también pidió que le fueran devueltos sus rehenes, pero tampoco cedieron.
Ante estas negativas, Atila empezó a pensar en guerra.
Para provocarlos, en el 451 penetró en la Galia y se enfrentó a los visigodos de Teodorico, que estaban instalados allí.
Este terreno era muy deseado por los romanos, por lo que éstos se aliaron con los visigodos para luchar contra el enemigo común (Campus Mauriacus)
Con esta batalla, Atila y su amigo Aecio se enfrentaron.
Orleáns fue la ciudad gala que más resistió el asedio huno, pero finalmente cayó bajo su poder. Aunque allí posteriormente fueron sorprendidos por visigodos y romanos. Los hunos huyeron hacia Troyes, a unos 20 kms. Y allí también se topó en la frontera con la resistencia romano-visigoda.
Esta fue la primera gran derrota de los hunos (Batalla de los Campos Cataláunicos) que por el momento salvó la integridad del Imperio de Occidente.
En el 452, en venganza, Atila penetró en Italia. Suponiendo la gran represalia que les esperaba a los romanos, desde Galia propusieron al emperador Valentiniano que trasladara la capital (Roma) y la instituyera en Galia, para mayor seguridad.

Pero el emperador se negó y prefirió resignarse.
Tras la conquista huna en el Norte de Italia y temiendo que la capital fuera tomada en breve, Valentiniano III y Aecio deseaban pactar la paz. Éstos mandaron al Papa León I el Grande a hablar con Atila.
Fue un encuentro muy cordial, en el que Atila aceptó las condiciones y retrocedió, principalmente porque los hunos ya habían conseguido tantas riquezas en sus batallas que ni siquiera podían mover sus carretas ni proporcionar sitio para futuras ganancias.
MUERTE DE ATILA Y FINAL DEL IMPERIO HUNO
Tras el acuerdo con el Papa León I, los hunos volvieron a su lugar de origen, Panonia, y desde allí, Atila planeó con detalle la que sería su próxima conquista: Roma; y su nueva boda con Ilico, una joven y bella germana con la que contrajo matrimonio en el 453.
La mañana siguiente a su noche de bodas, Atila apareció muerto a causa de una hemorragia nasal que lo asfixió.
La muerte de Atila fue un duro golpe para su imperio y motivo de alegría para los romanos.

En día del entierro, los hunos se desgarraron la ropa, construyeron un dique en el río Volga y rodearon al difunto de sus más preciadas pertenencias, de hierro (símbolo de su fuerza), oro y plata (símbolos de las dotes que recibían de sus conquistas)

A pesar de que los hijos de Atila intentaron hacerse con el poder, el imperio huno se descompuso rápidamente y en el 469 ya era sólo un recuerdo.
Por  otro  lado  El vencedor  de  Atila  nos referimos a  Flavio Aecio  no  corrió  mejor  suerte puesto  después  de los festines  y homenajes el general Romano  es hallado muerto .
El entrecruzamiento y destino  de  estas dos figuras históricas es singular y   poco  característico  por lo finales  que estos tuvieron  puesto que sus nombre fueron  relativamente  olvidados  por la  historia  y en su momento sellaron el destino de toda una época turbulenta  de la  historia universal aunque no llego a ser un cesar  brillo   en su momento con luz propia.
Flavio Aecio, General romano, m. en el 454. Denominado usualmente como "el último de los romanos". Nacido en Italia, era hijo del magister equitum Gaudencio y de la dama romana Aurelia con quienes se trasladó de pequeño a la provincia de Mesia a la que su padre fue destinado. Los primeros años de aprendizaje los pasó como rehén de Rugila, lo que le permitió conocer el modo de pensar y luchar de los hunos. Sirve a su vez como magister equitum en las Galias durante la jefatura militar de Félix, hasta que en el 433 dC alcanza él mismo dicha magistratura de magister militum.
Precedido por mediocres y efímeros predecesores, Aecio destaca en su cargo por ser capaz de poner orden en un caótico Imperio de Occidente que se tambalea. Protege Italia y detiene la expansión de los bárbaros: frena a los visigodos en la Galia y arrincona a los burgundios en Saboya. Otras decisiones son mal recibidas, pero inevitables, como el reconocimiento del asentamiento vándalo en el norte de África.
Pero su campaña más notable, la que le valdrá para la historia el sobrenombre de "el último romano", será la que dirigirá contra los hunos. Sintiéndose insultado su caudillo Atila por el emperador Valentiniano III ante el rechazo de la petición de mano de su hermana Honoria, se lanza a destruir Roma. Para ello convoca una gran confederación de tribus escitas, sármatas, gépidas, ostrogodas, alanas, que se unen a los hunos en su marcha. Pero Aecio dirigiendo magistralmente, a francos, vándalos, visigodos, y las tropas romanas que quedan logra una gran victoria en los Campos Cataláunicos en el año 451: es la última gran batalla del Imperio de Occidente.
Para desgracia de Aecio, su gran victoria le valdrá el recelo del emperador, que, abrigando sospechas de una hipotética pretensión al trono, ordena matarlo en el 454. Posteriormente la intriga palaciega se vuelve contra el propio Valentiniano, que es asesinado un año después por seguidores de Aecio.
Pero  las cosas  no quedan allí  la figura de  Aecio  el vencedor de llos hunos  trascendió   la historia
La muerte de Aecio  en  manos del emperador  valentiniano  o Valente III marco el fin de toda  una época de  gloria  romana  ya que nadie pudo  gobernar a tan vasto  imperio  y sus   gobernantes eran pusilánimes y de poco  carácter  que fueron  presa  de la tribus “Barbarás”  que asolaron  y destruyeron la  capital del imperio de los  Cesares  solo  quedo recuerdo  de vieja  gloria  que fue absorbida  por  la cultura  occidental donde el cristianismo  crecía a  pasos agigantados  todo recuerdo  de triunfos  militares se refugió  en los libros de  brillantes  historiadores que a sus tiempo plasmaron  la vetusta  gloria romana  que todos  gozamos .
Especulando un poco  que hubiera sucedido  si el general Aecio , se hubiera convertido  en emperador  de RomaLa verdad que sinceramente creo que hubiera terminado igual: asesinado a traición en algún palacio. Estar en Roma gobernando no era lo mismo que estar de un campo de batalla a otro rodeado de soldados totalmente fieles y temerosos de los hunos.
Pero vamos, desde luego creo que hubiera sido infinitamente mejor emperador que Valentiniano III, lo que no era muy difícil. Pero de hecho el título de magister militum que ostentaba (jefe de todos los ejércitos de Roma),

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