domingo, 29 de octubre de 2017
sábado, 14 de octubre de 2017
domingo, 13 de agosto de 2017
Auschwitz
El campo de concentración de Auschwitz
La historia
de la civilización humana nos ha permitido a través del devenir histórico una serie de hechos
que demuestran la deshumanización de la especie, uno de estos casos son los
crematorios y campos de concentración son evidencia del horror que comete el
hombre por su prejuicio.
El campo de
concentración de Auschwitz (en alemán, «Konzentrationslager Auschwitz») fue un
complejo formado por diversos campos de concentración y exterminio de la
Alemania nazi situado en los territorios polacos ocupados durante la Segunda
Guerra Mundial. Comprendía Auschwitz I —el campo original—, Auschwitz
II-Birkenau —de concentración y exterminio—, Auschwitz III-Monowitz —campo de
trabajo para la IG Farben— y 45 campos satélite más.
Situado a unos 43
km al oeste de Cracovia, fue el mayor centro de exterminio de la historia del
nazismo, donde se calcula que fueron enviadas cerca de un millón trescientas
mil personas, de las cuales murieron un millón cien mil, la gran mayoría de
ellas judías (el 90 %, aproximadamente un millón), prisioneros de guerra, etc.1
En la puerta de
entrada a uno de los diversos campos que componían el complejo (Auschwitz I) se
puede leer el lema en alemán Arbeit macht frei («(El) Trabajo libera»), con el
que recibían a los deportados las fuerzas de las SS que estaban a cargo del
centro durante su periodo de funcionamiento, desde su apertura el 20 de mayo de
1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército
soviético.
Bajo la
supervisión de Heinrich Himmler, estuvo dirigido por el oficial de las SS
Obersturmbannführer Rudolf Höss hasta el verano de 1943, reemplazado
posteriormente por Arthur Liebehenschel y Richard Baer. Höss, capturado por los
aliados, daría testimonio en los juicios de Núremberg antes de que lo
procesaran y condenaran a muerte por ahorcamiento en 1947 delante del
crematorio de Auschwitz I. Liebehenschel fue también juzgado por un tribunal
polaco y ejecutado en 1948. Baer logró evadirse y vivir bajo una identidad
falsa en Hamburgo, hasta que fue reconocido y arrestado. Se suicidó en la
prisión poco antes de iniciarse su proceso en 1963.
La Unesco lo
declaró Patrimonio de la Humanidad en 1979 como uno de los lugares de mayor
simbolismo del Holocausto o Shoah.
Hubo tres campos
principales y 39 campos subalternos.
Los tres campos
principales fueron:
Auschwitz I, el
campo de concentración original que servía de centro administrativo para todo
el complejo. En este campo murieron cerca de 70 000 intelectuales polacos y
prisioneros de guerra soviéticos.
Auschwitz II
(Birkenau), un campo de exterminio y el lugar donde murieron la mayor parte del
más de un millón de víctimas del campo. En esta sección eran ubicadas las
mujeres.
Auschwitz III
(Buna - Monowitz), utilizado como campo de trabajo esclavo para la empresa IG
Farben.
La Alemania nazi
construyó a partir de 1940 varios campos de concentración y un campo de
exterminio en Auschwitz que, al igual que el resto de los campos de
concentración, estaban administrados por las SS, bajo el mando de Heinrich
Himmler. Los comandantes del campo fueron Rudolf Höss hasta el verano de 1943,
al que siguieron Arthur Liebehenschel y Richard Baer.
Auschwitz era una
población cercana a Katowice, en la confluencia de los ríos Vístula y Sola, en
la Alta Silesia, región que había sido cedida a Polonia en el Tratado de
Versalles y que en 1940 tenía unos 1400 habitantes, la mitad de ellos judíos.
La Alta Silesia era una de las regiones que se iban a anexionar al Reich
después de la invasión alemana de Polonia de 1939, pero al estar altamente
industrializada no era en gran parte adecuada para la germanización a base de
colonos granjeros que tenían prevista las autoridades nazis para los nuevos
territorios. En consecuencia, Auschwitz fue concebido, en primera instancia,
como un campo de tránsito para someter a la población polaca que debía ser
utilizada como mano de obra semiesclava.
El 27 de abril de
1940 Himmler decidió la creación del campo, y nombró el día 30 a su primer
comandante, el SS-Obersturmbannführer Rudolf Höss. Höss se hizo cargo del mando
a partir del 4 de mayo, a y su primer cometido fue la construcción de las
instalaciones a partir de unos barracones del Ejército polaco, sobre unos
terrenos dedicados a la doma de caballos.4 Los primeros internos de Auschwitz
fueron 30 criminales alemanes procedentes de Sachsenhausen con la finalidad de
convertirse en los primeros kapos del recinto, y 728 prisioneros políticos
polacos que llegaron el 14 de junio desde Tarnów.Tanto el sistema de kapos como
el famoso lema Arbeit macht frei («El trabajo os hará libres») fueron
importados por Höss a partir de su experiencia en Dachau, su primer destino en
el sistema de campos nazi.
El primer
transporte de prisioneros a Auschwitz en la estación de Tarnów.
(14 de junio de
1940)
El primer cambio
importante en las funciones para las que estaba destinado el campo se produjo
en septiembre de 1940 cuando Oswald Pohl realizó una visita de inspección al
nuevo campo. Pohl era jefe de la Oficina Central de Administración y Economía
de las SS (SS-WVHA, por las siglas en alemán de
SS-Wirtschafts-Verwaltungshauptamt) y estaba interesado en la explotación de
las cercanas canteras de grava y arena, por lo que ordenó a Höss que aumentara
la capacidad del campo añadiendo un piso a los barracones existentes. Poco
después, en noviembre de 1940, Himmler y Höss decidieron poner en marcha
proyectos de investigación y explotación agrícola. Ambos estaban interesados en
la agronomía y planearon, entre otra cosa, la construcción de laboratorios, el
drenaje de pantanos y la cría de ganado. Sin embargo, el emplazamiento de
Auschwitz, en la confluencia de dos ríos, lo convertía en un lugar poco
prometedor para tales propósitos y muy propenso a las inundaciones, a pesar de
lo cual esta actividad nunca fue abandonada y miles de prisioneros murieron
intentando abrir canales o canalizando ríos.
Cerca de 6500
miembros de las SS sirvieron en Auschwitz realizando pequeñas o grandes tareas
con el objetivo de lograr la denominada solución final al «problema judío» o
«cuestión judía». La mayoría de ellos sobrevivieron a la guerra. Con las
primeras prisioneras, llegaron también las primeras vigilantes al campo en
marzo de 1942 trasladadas desde el campo de Ravensbrück, en Alemania. El campo
femenino fue mudado a Auschwitz Birkenau en octubre de 1942, y
Ramiolra
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martes, 6 de junio de 2017
miércoles, 19 de abril de 2017
sábado, 25 de marzo de 2017
Breve Paralelo histórico entre Simon Bolivar y San Martín
La historia Universal
esta plegada de figuras
relevantes que han
marcado el proceso histórico de
la especie humana , pero sin duda uno
de los hechos más importantes de
la historia universal y la americana
es la gesta realizada por dos
brillantes figuras de la historia que unido a diversos líderes de américa
del sur lograron la independencia
de este lado del mundo del yugo opresor
hispano .
Me estoy refiero a San Martin
y Simón Bolívar
el dúo de las “ S S” Dicho sea de paso cada
uno tenía sus diferencias muy
marcadas pero los unía
el espíritu de libertar para la región de dominio de la España colonial.
Por tal motivo en el presente artículo se abordara aspectos
más significativos de la
acción realizada por estos dos
libertadores
En primer lugar
empezaremos por la
cronología del espacio tiempo y el marco
histórico donde nacieron estos personajes. San Martín
nace en
José Francisco de San Martín nació en Yapeyú, actualmente en la
provincia argentina de Corrientes, a la vera del caudaloso río Uruguay, el día
25 de febrero de 1778. Territorio que estaba bajo dominio de España.
Por otro lado Simón Bolívar nace
en
Caracas, Venezuela, 1783, Nacido en una familia de origen vasco de la
hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores
de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu) y viajando por
Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución Francesa y
conoció personalmente a Napoleón y Humboldt.
Por otro lado José de San
Martín Su padre, don Juan de San
Martín, era el gobernador del departamento; su madre, doña Gregoria Matorras,
era sobrina de un conquistador del Chaco.
En 1784 se traslada a España con su familia, donde estudia primero en
el Seminario de Nobles de Madrid y luego, en 1789, inicia su carrera militar en
el regimiento de Murcia. Sirve en las filas de España durante las guerras
contra los franceses y en 1808 combate en la batalla de Baylén contra los
ejércitos de Napoleón que habían invadido la Península.
Mientras Simón Bolívar Afiliado
a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 juró en Roma que no
descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y aunque carecía
de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal
dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas;
además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios
escritos y discursos
En Cádiz conoce a otros militares de América del Sur y se enrola en las
logias que promovían la independencia. En 1811 renuncia a su carrera militar en
España y se embarca desde Inglaterra hacia el Río de la Plata en la fragata
George Canning, donde arriba el 9 de marzo de 1812 acompañado por otros
patriotas.
El gobierno independiente de Buenos Aires acepta los servicios de San
Martín, reconoce su grado de teniente coronel y le encarga crear un cuerpo de
combate que luego sería el glorioso regimiento de Granaderos a Caballo. En ese
mismo año se casa con María de los Remedios de Escalada, que pertenecía a una
distinguida familia del país y crea la logia Lautaro, cuyo objetivo era liberar
América del Sur del yugo español. En octubre de 1812, los miembros de la logia
encabezan un movimiento que tiene por objeto remover algunos miembros del
Primer Triunvirato. Entonces, pacíficamente, el Cabildo nombra al Segundo Triunvirato,
quienes, al poco tiempo, llaman a una asamblea de delegados de las provincias
con el fin de dictar una constitución.
Paralelamente la vida de
estos dos libertadores siguen un curso diferente
pero los une el deseo de liberar sus tierras del
yugo de los peninsulares ibéricos.
Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805
juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación
española. Y aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse
en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias
hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica
mediante sus propios escritos y discursos.
En 1810, aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el
ejército francés, se unió a la revolución independentista que estalló en
Venezuela, dirigida por Francisco de Miranda. El fracaso de aquella intentona
obligó a Simón Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del
movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de
nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).
El 3 de febrero de 1813 los Granaderos a Caballo vencen en un combate,
en las barrancas de San Lorenzo, a las fuerzas de desembarco realista que
arribaron con varias naves desde el puerto de Montevideo.
En enero de 1814 San Martín toma el mando del ejército del Norte, de
manos de Belgrano que regresaba derrotado del Alto Perú —hoy la república de
Bolivia—. Se encuentran en la Posta de Yatasto y desde entonces los dos
patriotas entablan una larga amistad.
Al poco tiempo de encontrarse San Martín en Tucumán, se dio cuenta que
era imposible llegar a Lima, que en ese momento era el centro del poder
realista, por el camino terrestre del Alto Perú. Fue entonces que el Coronel
concibió la idea, que luego realizaría con éxito, de cruzar la cordillera y
atacar la Ciudad de los Virreyes por el mar.
Una enfermedad lo obliga a pedir licencia y consigue que lo nombren
Gobernador de Cuyo, y parte para Mendoza, al pie de la cordillera de los Andes.
Allí se repone y comienza a preparar un ejército para cruzar la cordillera.
En 1816 envía, por la provincia de Cuyo, delegados al congreso que se
reunía en Tucumán con órdenes expresas de insistir en la declaración de la
independencia. La declaración de la independencia de España se aclamó el 9 de
julio de ese año.
Desde Mendoza prepara con escasos medios un ejército. Todo el pueblo
contribuye con su trabajo y con sus bienes para realizar la peligrosa
expedición. Insiste ante el gobierno de Buenos Aires a que autorice a sus
tropas el cruce de la cordillera.
En 1813 emprendió una segunda expedición militar, la «Campaña
Admirable», que entró triunfante en Caracas; de ese momento data la concesión
por el Ayuntamiento del título de Libertador. Aún hubo una nueva reacción
realista, bajo la dirección de José Tomás Boves, que reconquistó el país para
la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-1815). Pero Bolívar
lanzó una tercera revolución entre 1816 y 1819 que le dio el control efectivo
de gran parte del territorio; dos años después, tras una tregua, aseguraría la
independencia de Venezuela al derrotar a los españoles en la batalla de
Carabobo (1821).
La «Gran Colombia» y la liberación del Perú
Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las
antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados
Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes
y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que
dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia).
Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819) que elaboró una
Constitución para la nueva República de Colombia, la cual llegaría a englobar
lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar
fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó el territorio de
la Audiencia de Quito (el actual Ecuador) en unión de Antonio José de Sucre, tras
imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
En enero de 1817 comienza el cruce del ejército, alrededor de 4000
hombres, la caballería, la artillería de campaña y las provisiones para un mes.
Cruzaron divididas en dos columnas por el paso de Los Patos y por el de
Uspallata, y se encontraron en Santa Rosa de los Andes.
El 12 de febrero de 1817, pocos días después del paso de la Cordillera,
el ejército de los Andes vence a los realistas en la batalla de Chacabuco y a
los pocos días el Libertador entra en la ciudad de Santiago. El Cabildo se
reunió el día 18 y designó a San Martín como Director Supremo, pero éste
renunció al honor y entonces fue electo para el cargo el general Bernardo
O´Higgins.
En los primeros días de 1818, un ejército realista desembarcado del
Perú, avanzaba sobre la capital de Chile. El 19 de marzo, en un ataque
nocturno, los realistas derrotan a los patriotas en la batalla de Cancharrayada
y O´Higgins resulto herido.
En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro
gran caudillo del movimiento independentista, José de San Martín, que había
liberado Chile y penetrado en Perú hasta ocupar la capital, sin lograr pese a
ello la rendición de los realistas. Se trataba de estudiar la forma de cooperar
en la liberación del Perú, pero ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y
en sus apreciaciones políticas; San Martín, que se inclinaba por crear
regímenes monárquicos encabezados por príncipes europeos, renunció a entablar
una lucha por el poder (poco después se marcharía a Europa), dejando el campo
libre a Bolívar.
El ejército Unido argentino chileno se rehace y el 5 de abril derrotan
completamente a los realistas en la batalla de Maipú, que puso fin a los
esfuerzos españoles para dominar el país.
Un encuentro histórico
Bolívar (descendiendo desde el norte) y San Martín (ascendiendo desde
el sur) confluyen en Guayaquil el 26/7/1822. Están juntos aproximadamente 40
horas. Los dos se admiran recíprocamente. No se conocen previamente en persona,
aunque Bolívar tiene informes previos sobre la personalidad, el carácter y la
psicología de San Martín brindados por Manuela, quien lo conocía bien del Perú
por ser amiga íntima de su amante Rosa Campusano y por haber sido condecorada
con la Orden del Sol por el Libertador del sur (Manuela Sáenz reconstruye esos
informes sobre San Martín brindados a Bolívar en su Diario de Paita).
Los dos libertadores conversan, discuten y debaten sobre cuatro temas,
algunos más urgentes, otros menos: (a) Los liderazgos de la lucha todavía
pendiente contra el imperio español (b) La ayuda militar de Bolívar a San
Martín para acabar definitivamente con los españoles en la sierra peruana, (c)
La situación de Guayaquil que reclamaban tanto Colombia como Perú, y (d) la
forma futura de gobierno de las nuevas naciones latinoamericanas tras la
independencia. Como desenlace de esa entrevista, San Martín finalmente cede a
Bolívar la dirección político-militar de la lucha continental y se retira sin
quejas, convencido que ha cumplido su misión.
De los temas más urgentes que ambos debatieron, mucho se ha discutido
sobre los auxilios militares que San Martín necesitaba de Bolívar, clave del
asunto. Lo que nadie se pregunta es... ¿por qué los necesitaba? San Martín no
pudo terminar su obra latinoamericana porque la oligarquía de Buenos Aires y
sus cuadros políticos le dieron la espalda, lo abandonaron y le escamotearon
recursos económicos y combatientes a cambio de negociaciones deshonrosas con
los europeos. La oligarquía de Buenos Aires odiaba a Bolívar, tanto como
despreciaba a San Martín (llegando al extremo de intentar destituirlo y
separarlo del Ejército de los Andes en varias ocasiones hasta que finalmente lo
dejaron solo y abandonado en sus campañas de liberación). Ese es en realidad
"el gran secreto" --nunca mencionado ni analizado-- de las
discusiones entre los dos libertadores en la entrevista de Guayaquil, como
anota en sus apuntes biográficos sobre San Martín el escritor Rodolfo Walsh.
San Martín, con elegancia y sutileza pero sin callarse, se lo había remarcado
tempranamente al jefe del gobierno porteño, el Director Supremo Pueyrredón,
cuando le escribió
"Un justo homenaje al virtuoso patriotismo de los habitantes de
esta provincia [...] Admira en efecto que un país de mediana población sin
erario público, sin comercio ni grandes capitalistas [...] haya podido elevar
de su mismo seno un ejército de 3.000 hombres, despojándose hasta de los
esclavos, únicos brazos para su agricultura[...] en fin, para decirlo de una
vez dar cuantos auxilios son imaginables y que no han venido de esa capital,
para la creación, progreso y sostén del Ejército de los Andes" (José de
San Martín: Carta al Director Supremo Pueyrredón. Mendoza, 21/10/1816).
Sin ambigüedades ni eufemismos, el Libertador del sur le deja en claro
en esta carta a la máxima autoridad política del Río de la Plata que Buenos
Aires le negó auxilios y colaboración para formar y consolidar el Ejército de
los Andes con el que poco tiempo después liberaría Chile y Perú, enfrentando a
las tropas colonialistas. Esa inicial falta de auxilio se profundizaría con los
años hasta convertirse prácticamente en hostilidad. Sin ese dato central, nada
se entiende del encuentro de Guayaquil, de su desenlace ni de la decisión
adoptada por San Martín.
Texto completo en: http://www.lahaine.org/san-martin-y-simon-bolivar
El camino hacia Lima por mar estaba abierto, pero era necesario crear
una flota que no existía. Con algunos barcos capturados al enemigo y otros
comprados a los Estados Unidos e Inglaterra se crea la marina chilena que
estuvo al mando de Blanco Encalada y luego del almirante inglés Lord Cochrane.
Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú,
último bastión del continente en el que, aprovechando las disensiones internas
de los rebeldes, todavía resistían los españoles. Tras derrotarlos en Junín
(agosto de 1824), en diciembre de 1824 obtuvo la más decisiva de sus victorias
en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la presencia española en
Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú fueron
liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia).
Un objetivo común
por cumplir
San Martín comanda la confrontación regular viajando por mar y
desembarcando en el Perú (desde donde dirige la guerra de inteligencia)
mientras el Ejército del Norte avanzaba desde Tucumán, pasando por la actual
Bolivia (el Alto Perú) hacia las espaldas de las fuerzas españolas. La
estrategia de San Martín combinaba formas distintas de lucha contra el imperio,
las operaciones del ejército regular con divisoria del trabajo militar y la
guerrilla de la montonera gaucha a caballo, la lucha de confrontación directa y
la aproximación indirecta al enemigo español, la batalla abierta y la guerra de
zapa (guerra de inteligencia en la cual se recogen datos y se desinforma al
enemigo). Concebía la guerra a partir de la doctrina de pueblo en armas (que en
España había experimentado en la resistencia guerrillera contra las tropas
napoleónicas y que en el sur había teorizado Mariano Moreno). Esa estrategia
puede corroborarse en sus Instrucciones para Álvarez de Arenales, donde se
explaya con lujo de detalles sobre la guerra de guerrillas y su combinación con
la lucha de los ejércitos regulares (José de San Martín: Instrucciones para
Juan Antonio Álvarez de Arenales. Cuartel General de Pisco, 4/10/1820).
Ya en Perú, luchando con 4.000 patriotas contra 20.000 realistas,
proclama la independencia en 1821. Con sentido latinoamericanista deja sentado
en la Constitución que serán considerados ciudadanos del Perú todos los nacidos
en América. Mientras en el Perú lo nombran «Protector», el gobierno elitista y
comercial de Buenos Aires siempre le da la espalda, le retacea recursos y lo
deja abandonado. La oligarquía porteña se limitaba a hacer buenos negocios con
Inglaterra sin romper del todo con España. San Martín en cambio, como José
Gervasio Artigas y Mariano Moreno, propugnaba confrontar y finalmente declarar
la independencia definitiva.
Bolívar, presidente ya de la «Gran Colombia» (1819-1830), lo fue
también de Perú (1824-1826) y de Bolivia (1825-1826), implantando en estas dos
últimas Repúblicas un modelo constitucional llamado «monocrático», con un
presidente vitalicio y hereditario. Sin embargo, los éxitos militares de
Bolívar no fueron acompañados por logros políticos comparables. Su tendencia a
ejercer el poder de forma dictatorial despertó muchas reticencias; y el
ambicioso proyecto de una gran Hispanoamérica unida chocó con los sentimientos
particularistas de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales
del imperio español, cuyas oligarquías locales acabaron buscando la
independencia política por separado.
El 20 de agosto de 1820, parte el ejército expedicionario argentino
chileno del puerto de Valparaíso hacia el Perú.
En el mes de julio de 1821, San Martín entra triunfante a Lima,
proclama la independencia, es designado Protector del Perú y ejerce el
gobierno.
Fuentes
Rojas, R., Rojas, R., Rovetta, C. R., Pickenhayn, J. O. O. P.,
Hernández, J., Rojas, R., ... & CHAVEZ, F. (1946). El santo de la espada
(No. 929). Argentina..
San Martín, G., & Bone, D. (2001). Syllidae (Polychaeta) de
praderas de Thalassia testudinum en el Parque Nacional Morrocoy (Venezuela).
Revista de Biología Tropical, 49(2), 609-620.
Balderston, D. B.,
Onofa Davila, M. E., Davila, M. E. O., Berni, A., Berni, A., Lynch, J., ... &
Fausto Yela, R. (1996). Fuera de contexto?: referencialidad histórica y
expresión de la realidad en Borges (No. 801.73). CLADEA (Consejo
Latinoamericano de Escuelas de Administración).
Bolívar, S., & Blanco-Fombona, R. (1913). Discursos y proclamas.
Garnier hermanos. Lynch, J. (2009). San Martín: Soldado argentino, héroe
americano. Grupo Planeta (GBS).
sábado, 11 de febrero de 2017
viernes, 10 de febrero de 2017
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