sábado, 25 de marzo de 2017

Breve Paralelo histórico entre Simon Bolivar y San Martín

La   historia    Universal   esta  plegada  de figuras   relevantes   que  han  marcado  el proceso histórico de la especie  humana , pero  sin duda uno  de los hechos  más importantes de la historia  universal y  la americana  es la gesta   realizada  por dos  brillantes figuras  de la   historia que unido a diversos líderes    de américa  del sur lograron la  independencia de este lado del mundo del yugo opresor  hispano .
Me   estoy refiero a   San Martin   y  Simón    Bolívar   el dúo de las  “ S S”  Dicho sea de paso  cada  uno tenía  sus diferencias muy marcadas  pero  los unía  el espíritu de libertar  para   la región de dominio  de la España colonial.
Por tal  motivo   en el presente artículo se abordara aspectos más  significativos   de la  acción  realizada por estos dos libertadores
En primer lugar   empezaremos  por la cronología  del espacio tiempo  y el marco  histórico  donde nacieron  estos personajes. San  Martín  nace en
José Francisco de San Martín nació en Yapeyú, actualmente en la provincia argentina de Corrientes, a la vera del caudaloso río Uruguay, el día 25 de febrero de 1778. Territorio que estaba bajo dominio  de  España. Por otro lado  Simón   Bolívar nace  en
Caracas, Venezuela, 1783, Nacido en una familia de origen vasco de la hidalguía criolla venezolana, Simón Bolívar se formó leyendo a los pensadores de la Ilustración (Locke, Rousseau, Voltaire, Montesquieu) y viajando por Europa. En París tomó contacto con las ideas de la Revolución Francesa y conoció personalmente a Napoleón y Humboldt.
Por otro   lado José  de  San Martín        Su padre, don Juan de San Martín, era el gobernador del departamento; su madre, doña Gregoria Matorras, era sobrina de un conquistador del Chaco.   
En 1784 se traslada a España con su familia, donde estudia primero en el Seminario de Nobles de Madrid y luego, en 1789, inicia su carrera militar en el regimiento de Murcia. Sirve en las filas de España durante las guerras contra los franceses y en 1808 combate en la batalla de Baylén contra los ejércitos de Napoleón que habían invadido la Península.
Mientras Simón Bolívar   Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos
En Cádiz conoce a otros militares de América del Sur y se enrola en las logias que promovían la independencia. En 1811 renuncia a su carrera militar en España y se embarca desde Inglaterra hacia el Río de la Plata en la fragata George Canning, donde arriba el 9 de marzo de 1812 acompañado por otros patriotas.
El gobierno independiente de Buenos Aires acepta los servicios de San Martín, reconoce su grado de teniente coronel y le encarga crear un cuerpo de combate que luego sería el glorioso regimiento de Granaderos a Caballo. En ese mismo año se casa con María de los Remedios de Escalada, que pertenecía a una distinguida familia del país y crea la logia Lautaro, cuyo objetivo era liberar América del Sur del yugo español. En octubre de 1812, los miembros de la logia encabezan un movimiento que tiene por objeto remover algunos miembros del Primer Triunvirato. Entonces, pacíficamente, el Cabildo nombra al Segundo Triunvirato, quienes, al poco tiempo, llaman a una asamblea de delegados de las provincias con el fin de dictar una constitución.
Paralelamente   la vida de estos  dos libertadores  siguen un curso  diferente  pero los une el deseo de liberar sus tierras  del  yugo   de  los peninsulares ibéricos.
Afiliado a la masonería e imbuido de las ideas liberales, ya en 1805 juró en Roma que no descansaría hasta liberar a su país de la dominación española. Y aunque carecía de formación militar, Simón Bolívar llegó a convertirse en el principal dirigente de la guerra por la independencia de las colonias hispanoamericanas; además, suministró al movimiento una base ideológica mediante sus propios escritos y discursos.

En 1810, aprovechando que la metrópoli se hallaba ocupada por el ejército francés, se unió a la revolución independentista que estalló en Venezuela, dirigida por Francisco de Miranda. El fracaso de aquella intentona obligó a Simón Bolívar a huir del país en 1812; tomó entonces las riendas del movimiento, lanzando desde Cartagena de Indias un manifiesto que incitaba de nuevo a la rebelión, corrigiendo los errores cometidos en el pasado (1812).
El 3 de febrero de 1813 los Granaderos a Caballo vencen en un combate, en las barrancas de San Lorenzo, a las fuerzas de desembarco realista que arribaron con varias naves desde el puerto de Montevideo.


En enero de 1814 San Martín toma el mando del ejército del Norte, de manos de Belgrano que regresaba derrotado del Alto Perú —hoy la república de Bolivia—. Se encuentran en la Posta de Yatasto y desde entonces los dos patriotas entablan una larga amistad.

Al poco tiempo de encontrarse San Martín en Tucumán, se dio cuenta que era imposible llegar a Lima, que en ese momento era el centro del poder realista, por el camino terrestre del Alto Perú. Fue entonces que el Coronel concibió la idea, que luego realizaría con éxito, de cruzar la cordillera y atacar la Ciudad de los Virreyes por el mar.
Una enfermedad lo obliga a pedir licencia y consigue que lo nombren Gobernador de Cuyo, y parte para Mendoza, al pie de la cordillera de los Andes. Allí se repone y comienza a preparar un ejército para cruzar la cordillera.

En 1816 envía, por la provincia de Cuyo, delegados al congreso que se reunía en Tucumán con órdenes expresas de insistir en la declaración de la independencia. La declaración de la independencia de España se aclamó el 9 de julio de ese año.

Desde Mendoza prepara con escasos medios un ejército. Todo el pueblo contribuye con su trabajo y con sus bienes para realizar la peligrosa expedición. Insiste ante el gobierno de Buenos Aires a que autorice a sus tropas el cruce de la cordillera.
En 1813 emprendió una segunda expedición militar, la «Campaña Admirable», que entró triunfante en Caracas; de ese momento data la concesión por el Ayuntamiento del título de Libertador. Aún hubo una nueva reacción realista, bajo la dirección de José Tomás Boves, que reconquistó el país para la Corona española, expulsando a Bolívar a Jamaica (1814-1815). Pero Bolívar lanzó una tercera revolución entre 1816 y 1819 que le dio el control efectivo de gran parte del territorio; dos años después, tras una tregua, aseguraría la independencia de Venezuela al derrotar a los españoles en la batalla de Carabobo (1821).


La «Gran Colombia» y la liberación del Perú

Bolívar soñaba con formar una gran confederación que uniera a todas las antiguas colonias españolas de América, inspirada en el modelo de Estados Unidos. Por ello, no satisfecho con la liberación de Venezuela, cruzó los Andes y venció a las tropas realistas españolas en la batalla de Boyacá (1819), que dio la independencia al Virreinato de Nueva Granada (la actual Colombia).

Reunió entonces un Congreso en Angostura (1819) que elaboró una Constitución para la nueva República de Colombia, la cual llegaría a englobar lo que hoy son Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá; el mismo Simón Bolívar fue elegido presidente de esta «Gran Colombia». Luego liberó el territorio de la Audiencia de Quito (el actual Ecuador) en unión de Antonio José de Sucre, tras imponerse en la batalla de Pichincha (1822).
En enero de 1817 comienza el cruce del ejército, alrededor de 4000 hombres, la caballería, la artillería de campaña y las provisiones para un mes. Cruzaron divididas en dos columnas por el paso de Los Patos y por el de Uspallata, y se encontraron en Santa Rosa de los Andes.


El 12 de febrero de 1817, pocos días después del paso de la Cordillera, el ejército de los Andes vence a los realistas en la batalla de Chacabuco y a los pocos días el Libertador entra en la ciudad de Santiago. El Cabildo se reunió el día 18 y designó a San Martín como Director Supremo, pero éste renunció al honor y entonces fue electo para el cargo el general Bernardo O´Higgins.

En los primeros días de 1818, un ejército realista desembarcado del Perú, avanzaba sobre la capital de Chile. El 19 de marzo, en un ataque nocturno, los realistas derrotan a los patriotas en la batalla de Cancharrayada y O´Higgins resulto herido.

En aquel mismo año Simón Bolívar se reunió en Guayaquil con el otro gran caudillo del movimiento independentista, José de San Martín, que había liberado Chile y penetrado en Perú hasta ocupar la capital, sin lograr pese a ello la rendición de los realistas. Se trataba de estudiar la forma de cooperar en la liberación del Perú, pero ambos dirigentes chocaron en sus ambiciones y en sus apreciaciones políticas; San Martín, que se inclinaba por crear regímenes monárquicos encabezados por príncipes europeos, renunció a entablar una lucha por el poder (poco después se marcharía a Europa), dejando el campo libre a Bolívar.
El ejército Unido argentino chileno se rehace y el 5 de abril derrotan completamente a los realistas en la batalla de Maipú, que puso fin a los esfuerzos españoles para dominar el país.
Un   encuentro  histórico
Bolívar (descendiendo desde el norte) y San Martín (ascendiendo desde el sur) confluyen en Guayaquil el 26/7/1822. Están juntos aproximadamente 40 horas. Los dos se admiran recíprocamente. No se conocen previamente en persona, aunque Bolívar tiene informes previos sobre la personalidad, el carácter y la psicología de San Martín brindados por Manuela, quien lo conocía bien del Perú por ser amiga íntima de su amante Rosa Campusano y por haber sido condecorada con la Orden del Sol por el Libertador del sur (Manuela Sáenz reconstruye esos informes sobre San Martín brindados a Bolívar en su Diario de Paita).

Los dos libertadores conversan, discuten y debaten sobre cuatro temas, algunos más urgentes, otros menos: (a) Los liderazgos de la lucha todavía pendiente contra el imperio español (b) La ayuda militar de Bolívar a San Martín para acabar definitivamente con los españoles en la sierra peruana, (c) La situación de Guayaquil que reclamaban tanto Colombia como Perú, y (d) la forma futura de gobierno de las nuevas naciones latinoamericanas tras la independencia. Como desenlace de esa entrevista, San Martín finalmente cede a Bolívar la dirección político-militar de la lucha continental y se retira sin quejas, convencido que ha cumplido su misión.

De los temas más urgentes que ambos debatieron, mucho se ha discutido sobre los auxilios militares que San Martín necesitaba de Bolívar, clave del asunto. Lo que nadie se pregunta es... ¿por qué los necesitaba? San Martín no pudo terminar su obra latinoamericana porque la oligarquía de Buenos Aires y sus cuadros políticos le dieron la espalda, lo abandonaron y le escamotearon recursos económicos y combatientes a cambio de negociaciones deshonrosas con los europeos. La oligarquía de Buenos Aires odiaba a Bolívar, tanto como despreciaba a San Martín (llegando al extremo de intentar destituirlo y separarlo del Ejército de los Andes en varias ocasiones hasta que finalmente lo dejaron solo y abandonado en sus campañas de liberación). Ese es en realidad "el gran secreto" --nunca mencionado ni analizado-- de las discusiones entre los dos libertadores en la entrevista de Guayaquil, como anota en sus apuntes biográficos sobre San Martín el escritor Rodolfo Walsh. San Martín, con elegancia y sutileza pero sin callarse, se lo había remarcado tempranamente al jefe del gobierno porteño, el Director Supremo Pueyrredón, cuando le escribió

"Un justo homenaje al virtuoso patriotismo de los habitantes de esta provincia [...] Admira en efecto que un país de mediana población sin erario público, sin comercio ni grandes capitalistas [...] haya podido elevar de su mismo seno un ejército de 3.000 hombres, despojándose hasta de los esclavos, únicos brazos para su agricultura[...] en fin, para decirlo de una vez dar cuantos auxilios son imaginables y que no han venido de esa capital, para la creación, progreso y sostén del Ejército de los Andes" (José de San Martín: Carta al Director Supremo Pueyrredón. Mendoza, 21/10/1816).

Sin ambigüedades ni eufemismos, el Libertador del sur le deja en claro en esta carta a la máxima autoridad política del Río de la Plata que Buenos Aires le negó auxilios y colaboración para formar y consolidar el Ejército de los Andes con el que poco tiempo después liberaría Chile y Perú, enfrentando a las tropas colonialistas. Esa inicial falta de auxilio se profundizaría con los años hasta convertirse prácticamente en hostilidad. Sin ese dato central, nada se entiende del encuentro de Guayaquil, de su desenlace ni de la decisión adoptada por San Martín.

Texto completo en: http://www.lahaine.org/san-martin-y-simon-bolivar





El camino hacia Lima por mar estaba abierto, pero era necesario crear una flota que no existía. Con algunos barcos capturados al enemigo y otros comprados a los Estados Unidos e Inglaterra se crea la marina chilena que estuvo al mando de Blanco Encalada y luego del almirante inglés Lord Cochrane.
Bolívar pudo entonces ponerse al frente de la insurrección del Perú, último bastión del continente en el que, aprovechando las disensiones internas de los rebeldes, todavía resistían los españoles. Tras derrotarlos en Junín (agosto de 1824), en diciembre de 1824 obtuvo la más decisiva de sus victorias en la batalla de Ayacucho, que determinó el fin de la presencia española en Perú y en toda Sudamérica. Los últimos focos realistas del Alto Perú fueron liquidados en 1825, creándose allí la República de Bolívar (actual Bolivia).

Un  objetivo   común  por  cumplir
San Martín comanda la confrontación regular viajando por mar y desembarcando en el Perú (desde donde dirige la guerra de inteligencia) mientras el Ejército del Norte avanzaba desde Tucumán, pasando por la actual Bolivia (el Alto Perú) hacia las espaldas de las fuerzas españolas. La estrategia de San Martín combinaba formas distintas de lucha contra el imperio, las operaciones del ejército regular con divisoria del trabajo militar y la guerrilla de la montonera gaucha a caballo, la lucha de confrontación directa y la aproximación indirecta al enemigo español, la batalla abierta y la guerra de zapa (guerra de inteligencia en la cual se recogen datos y se desinforma al enemigo). Concebía la guerra a partir de la doctrina de pueblo en armas (que en España había experimentado en la resistencia guerrillera contra las tropas napoleónicas y que en el sur había teorizado Mariano Moreno). Esa estrategia puede corroborarse en sus Instrucciones para Álvarez de Arenales, donde se explaya con lujo de detalles sobre la guerra de guerrillas y su combinación con la lucha de los ejércitos regulares (José de San Martín: Instrucciones para Juan Antonio Álvarez de Arenales. Cuartel General de Pisco, 4/10/1820).

Ya en Perú, luchando con 4.000 patriotas contra 20.000 realistas, proclama la independencia en 1821. Con sentido latinoamericanista deja sentado en la Constitución que serán considerados ciudadanos del Perú todos los nacidos en América. Mientras en el Perú lo nombran «Protector», el gobierno elitista y comercial de Buenos Aires siempre le da la espalda, le retacea recursos y lo deja abandonado. La oligarquía porteña se limitaba a hacer buenos negocios con Inglaterra sin romper del todo con España. San Martín en cambio, como José Gervasio Artigas y Mariano Moreno, propugnaba confrontar y finalmente declarar la independencia definitiva.



Bolívar, presidente ya de la «Gran Colombia» (1819-1830), lo fue también de Perú (1824-1826) y de Bolivia (1825-1826), implantando en estas dos últimas Repúblicas un modelo constitucional llamado «monocrático», con un presidente vitalicio y hereditario. Sin embargo, los éxitos militares de Bolívar no fueron acompañados por logros políticos comparables. Su tendencia a ejercer el poder de forma dictatorial despertó muchas reticencias; y el ambicioso proyecto de una gran Hispanoamérica unida chocó con los sentimientos particularistas de los antiguos virreinatos, audiencias y capitanías generales del imperio español, cuyas oligarquías locales acabaron buscando la independencia política por separado.
El 20 de agosto de 1820, parte el ejército expedicionario argentino chileno del puerto de Valparaíso hacia el Perú.

En el mes de julio de 1821, San Martín entra triunfante a Lima, proclama la independencia, es designado Protector del Perú y ejerce el gobierno.


Fuentes

Rojas, R., Rojas, R., Rovetta, C. R., Pickenhayn, J. O. O. P., Hernández, J., Rojas, R., ... & CHAVEZ, F. (1946). El santo de la espada (No. 929). Argentina..

San Martín, G., & Bone, D. (2001). Syllidae (Polychaeta) de praderas de Thalassia testudinum en el Parque Nacional Morrocoy (Venezuela). Revista de Biología Tropical, 49(2), 609-620.

Balderston, D. B., Onofa Davila, M. E., Davila, M. E. O., Berni, A., Berni, A., Lynch, J., ... & Fausto Yela, R. (1996). Fuera de contexto?: referencialidad histórica y expresión de la realidad en Borges (No. 801.73). CLADEA (Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración).

Bolívar, S., & Blanco-Fombona, R. (1913). Discursos y proclamas. Garnier hermanos. Lynch, J. (2009). San Martín: Soldado argentino, héroe americano. Grupo Planeta (GBS).


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